martes, 29 de enero de 2008

The man i love


Someday he'll come along, the man I love
And he'll be big and strong, the man I love
And when he comes my way
I'll do my best to make him stay

He'll look at me and smile,
I'll understand
And in a little while he'll take my hand
And though it seems absurd
I know we both won't say a word

Maybe I shall meet him Sunday
Maybe Monday, maybe not
Still I'm sure to meet him one day
Maybe Tuesday will be my good news day

He'll build a little home, just meant for two
From which we'll never roam; Who would, would you?
And so all else above I'm waiting for the man I love


Bueno, más o menos como dice la canción...

Algún día llegará el hombre que amo, será grande y fuerte el hombre que yo amo y cuando llegue haré lo mejor para que se quede...

¿Cuando llegará?
¿Tal vez domingo? ¿Tal vez lunes? Tal vez no, pero aún estoy segura de conocerlo algún día...

Y así, por encima de todo lo demás estoy esperando al hombre que amo...

martes, 22 de enero de 2008

Cuando eras niña sólo querías tu vestidito rojo, cortito y fresco, ese con el que podías pasearte en verano por el balcón saltando con los pies descalzos.

El sol te daba en la cara y ni te molestaba, tenías la piel toda tostada, el cabello siempre recogido y las rodillas todas lastimadas de tanto estar arrodillada en el suelo.

Podías pasarte horas ahí en ese balcón, metida en el vestidito rojo, jugando con las barbies, con los patitos de hule, con el conejito rosado tan bello o con los picapiedras que venían en los chizitos. A veces sólo veías pasar a la gente allá abajo y hasta algunas veces, mirando el cielo, te ponías a pensar qué pasaría si el incendio ese del que habías oído hablar en el noticiero, se extendiera hasta esa tu casa y es que en las noticias decían que ese incendio forestal estaba durando días y que los bomberos aún no habían podido extingirlo y se temía siguiera avanzando y pues mirabas el cielo y te parecía ver ya la humareda (y ni qué hablar cuando pensabas en los Tsunamis y ya te parecía ver la ola gigante tapar el edificio del frente...) Felizmente eso de 'ponerte a pensar' no duraba mucho, olvidabas esas ideas y volvías a jugar.

Lo cierto es que, a pesar de todo, eras feliz en ese balcón metida en el vestidito rojo.

jueves, 10 de enero de 2008

Ah, chiquito, gracias por participar. Adiós.

Se me hizo muy graciosa esa frase, hoy la vi en una serie... Pues sí, así debiéra decirles antes de dar la vuelta : 'Ah, chiquito, gracias por participar. Adiós.'

miércoles, 9 de enero de 2008

No te preocupes, no tienes que llamar para preguntar como estoy, para saber como llegué a casa. No te preocupes, no tienes que mandar mensajes de texto con palabras agradables... De verdad no hay problema, no tienes que pedir volver a verme, no tienes que mostrar interés por mí... De verdad entiendo, entiendo perfectamente, yo tampoco quiero verte otra vez... No, no tiene que volver a pasar, no me gusta hacerlo dos veces con la misma persona, porque si lo hago dos veces quiero hacerlo una tercera vez de despedida y si lo hago tres veces se me va haciendo costumbre y hago que pase una cuarta vez y a la cuarta vez estoy convencida de que debo dejar de contar porque serán muchas veces más, mientras la otra persona no tiene planeado volver a aparecer más...
Por eso, no te preocupes, está bien si no vuelves a mencionar el tema...


Sí, yo creo que sí. Yo creo que todas las mujeres, al menos las mujeres que son un poco como yo, somos un poco iguales a las mujeres de Almodóvar... Si me vieran en mis 'mejores días', en mi cuarto, sola, con el vestido chiquito que uso en el verano (y no, mejor que no me vean), con el desparpajo del nulo recato que tengo en soledad y hablando con las paredes y con el aire como si fueran mis íntimas amigas invitadas a tomar el té, pues notarían que me parezco un poco (o mucho según sea el caso) a las mujeres de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'.

Hablando de hombres, hablando de sexo,hablando de enredos, hablando como si estuviera loca, con el lapicero en la mano dando vueltas y con unas ganas de cigarrillos incontrolables hasta que decido que no puedo permanecer ni un minuto más en esa casa tan aburrida y solitaria que suele ser mi casa y salgo a la calle a cometer algunas locuras y tonterías como mis íntimos amigos saben...

En fin, Patty me ha hecho recordar esta película maravillosa y al volver a ver un poquito de ella me ha encantado notar el parecido con la 'realidad'...

jueves, 3 de enero de 2008

No sé que hacer, los momentos de desesperación son cada vez mayores. Esta intranquilidad acaba con la poca salud mental que me resta. Este malestar me genera mareos, dolores de cabeza, somnolencias muy fuertes. Necesito algo para calmar la ansiedad y aún no sé que necesito a ciencia cierta.
Tampoco puedo saber con certeza qué genera esta situación, no logro descubrir el hecho específico que me ha puesto tan mal, quizá es porque muy probablemente no es un hecho particular lo que me genera esta tensión sino es un cúmulo, una suma de eventos los que han generado tamaño estrago en mis nervios. Y es que como suelo decir 'mi vida es una serie de sucesos desafortunados' y hay momentos en cuales lo que siento ya es demasiado y realmente la situación se vuelve insostenible y yo, 'que no suelo alterarme', sencillamente me pongo muy mal. En fin, sé que sólo son estadíos pasajeros, aunque cada vez se dan con mayor intensidad, pero trato de no comentarlos, pues la gente empezaría a darse cuenta de que mi salud mental mengua cada día más. Sencillamente debo esperar a que se me pase, ya pasará, ya pasará...
Sí, ella también tenía una lista (aunque muy modesta aún). En dicha lista estaban anotados -uno tras otro- los nombres de aquellos hombres con los que alguna vez se había acostado...

El afán de llevar una lista no era precisamente recordar el número de amantes, llevar una cuenta de ellos y tal vez luego presumirla. No.

Lo importante de aquella lista eran los nombres, recordar a cada uno era recordar los momentos que les dedicó... Sentir, sí, sentir al leer los nombres la vida, el placer y arrancarle un sentimiento tal vez a esas experiencias, sentirse un poco querida, sentir un poco de amor, quizá, tal vez, quien sabe y alguno de ellos la quizo de verdad...