jueves, 3 de enero de 2008

Sí, ella también tenía una lista (aunque muy modesta aún). En dicha lista estaban anotados -uno tras otro- los nombres de aquellos hombres con los que alguna vez se había acostado...

El afán de llevar una lista no era precisamente recordar el número de amantes, llevar una cuenta de ellos y tal vez luego presumirla. No.

Lo importante de aquella lista eran los nombres, recordar a cada uno era recordar los momentos que les dedicó... Sentir, sí, sentir al leer los nombres la vida, el placer y arrancarle un sentimiento tal vez a esas experiencias, sentirse un poco querida, sentir un poco de amor, quizá, tal vez, quien sabe y alguno de ellos la quizo de verdad...

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