miércoles, 17 de diciembre de 2008

Al despertar, saboreo entre el cansancio que me produce empezar cada día y entre las huellas de mis últimos sueños ajados, tu imagen.

Humedezco mis labios, siempre secos en las mañanas, con el recuperado recuerdo de las últimas palabras que me diste.

Aún con los ojos cerrados, respiro tu ausencia y despierto de a pocos a la añoranza de ti.

Tú lo sabes, a pesar de todo sigo pensándote como siempre y Gabriel García Márquez no ayuda en nada a mis determinaciones. Mis mañanas siguen siendo para ti.





Giorgione
Venus dormida
Óleo sobre lienzo
1507 - 1510

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