miércoles, 10 de septiembre de 2008

La ciudad de Lima de un tiempo a esta parte amanece siempre con una nueva calle rota, lacerada, con trabajadores hiriéndolas a punta de picos y taladros...

La pista que pasa por mi casa está rota ahora, por ello hoy el bus del transporte público me dejó muy lejos de mi paradero, tuve que caminar calles de calles hasta mi casa, lo hice además por esa pista toda rota, era la única que caminaba por ahí, a excepción de unos chicos, unos adolescentes que adolecen de todo en Lima... Aquellos chicos me empezaron a decir algo, no entendí ni una palabra...

Sólo sé que venía pensando... imaginaba un holocausto y que yo era la única sobreviviente, el viento era realmente fuerte y trataba de llevarse mi cabello con toda su furia, el viento era cruel y me despeinaba, traía tierra a mis ojos, el sol era abrumador, pero yo iba firme por aquel sendero... estaba firme pues imaginaba que iba a tu casa...

No sé que dijeron, ni quienes eran esos chicos, siempre me sucede nunca sé quien anda a mi lado porque yo nunca estoy al lado de nadie, siempre ando imaginando cosas en medio de mi Lima cada vez más vejada...

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