viernes, 9 de mayo de 2008

A ti te falta valor - se repetía a sí misma. No sabes como afrontar la situación, te dejas desbordar, no puedes soportar estoicamente, rompes en dolor y en furia, eres tan débil, tan cobrade. Ahora pues, mira tus manos, mira esas manos, con esas manos golpeaste a esa persona, le hundiste las uñas y le hubieras hundido los dientes si hubieses podido hacerlo, jalaste sus cabellos con tanta fuerza, gritaste con toda la fuerza que podías... No funcionó, esa persona parecía no oirte, no dejaba de valbucear cosas que ni venían al caso, no lograste nada. Terminaste con sus cabellos entre tus dedos, cabellos que desprendiste a la fuerza, terminaste y al mirar la piel viste el surco de las marcas que le dejaste, marcas rojas, a punto de estalllar en sangre... Y qué más, nada más, no lograste nada más, esa persona siguió en sus desvaríos, siguió en los ataques certeros, con su culpable inocencia que es producto de la inconciencia con la que realiza sus actos... Y tú, ¿qué conseguiste? Sólo lograste que tu corazón dejara de latir un momento, fue como si no existiera, te quedaste sin corazón ¿cómo se siente no tener corazón?. ¿Qué conseguiste? Conseguiste mirar tus manos y ver en ellas una extraña deformidad, nunca más volverán a ser las mismas, tus manos han cambiado, tus uñas parecen ahora garras y apuesto a que si pasas la lengua sobre ellas podrás sentir el sabor de su sangre... Ahora debes esperar un par de días para poder mantener la vista frente al espejo, la vista ahora es demasiado repungnante... Una vez más probaste tu maldad, tu estupidez, probaste que eres un ser irracional, ahora deberás afrontar las consecuencias, la condena de la gente, las miradas gélidas de reproche, nadie te va a entender, nadie comprenderá los motivos de tu acto malvado, de tu acto violento, total ni siquiera tú misma entiendes que pasó, así que sólo sigue mirando tus manos y sigue culpándote es lo único que puedes hacer porque a ti te falta valor, a ti te falta valor...- se dijo a sí misma.

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