sábado, 26 de mayo de 2007

(...)En ellas unos cadáveres salen de sus tumbas y preguntan a Cristo "¿no hay Dios?":

Respondió él: "No lo hay." A esto los muertos se estremecieron y temblaron... el estremecimiento se fue propagando a todas las sombras, y una por una el escalofrío las fue desvaneciendo en la nada. Y Cristo siguió hablando y dijo: "He atravesado los mundos, he ascendido a los soles, con las vías lácteas he atravesado los grandes espacios baldíos del cielo; no hay Dios. Y descendí adonde la misma sombra arrojada por el ser se desvanece y acaba, y me asomé a la sima que hay detrás y grité: "Padre, ¿dónde estás?" Pero no me llegó respuesta alguna, salvo la eterna tempestad que no cesa de bramar, y que nadie controla; y hacia el oeste, por encima del abismo, se cernía un arco iris resplandeciente, pero no había sol que lo hiciera nacer, y se sumergió goteando en el abismo. Y luego miré hacia lo alto, hacia el universo ilimitado buscando el ojo divino, y he aquí que me contemplaba desde una cuenca vacía y sin fondo. Sobre el rostro del caos meditaba tristemente la Eternidad, rumiándolo siempre, una vez y otra vez más..." Las sombras pálidas e incoloras fueron apagándose en la nada, como la bruma de la escarcha se disuelve ante el hálito templado, y todo fue vaciándose. Entonces los niños muertos... gritaron. "Jesús, ¿no tenemos Padre?" y ´´el respondió, las lágrimas se le saltaban, "Somos todos huérfanos, vosotros igual que yo. No tenemos Padre."




Los desastres. Nada.Ello dirá.
Goya.

Prestar atención al cadáver semienterrado que ha escrito en la hoja la palabra "Nada". Al respecto de esta su obra Goya diría: "... Lo que en realidad quiere decir mi fantasma es que ha ido hasta la eternidad y allí no ha encontrado nada."
Esta obra se emparenta con este texto del maestro alemán Jean Paul.

(Honor, Hugh. El Romanticismo.)

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